miércoles, 21 de noviembre de 2007

jueves, 15 de noviembre de 2007

XLVIII

Qué están mirando tus ojos que parecen siempre como deslumbrados?
Cuando me miras, me dejas bañada en un resplandor lejano.
Has mirado mucho tiempo la luna o te acercaste alguna vez allá,
donde el Sol nace?
Tienes los ojos colmados de aurora...
Quisiera hacerme pequeña, pequeñita para entrar en tu pupila
y ser en ella uno de sus tantos puntitos de oro...
Un solo punto de oro en tus ojos!...

DulceMaría Loynaz

Soneto imitando una oda de Safo

Feliz quien junto a ti por ti suspira!
Quien oye el eco de tu voz sonora!
Quien el halago de tu risa adora
y el blanco aroma de tu aliento aspira!
Ventura tanta -que envidioso admira
el querubín que en el empíreo mora-
el alma turba, al corazón, devora,
y el torpe acento, al expresarla, expira.
Ante mis ojos desaparece el mundo,
y por mis venas circular ligero
el fuego siento del amor profundo.
Trémula, en vano resistirte quiero...
De ardiente llanto mi mejilla inundo,
deliro, gozo, te bendigo y muero!

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Palomita

Palomita que vas volando
y en el pico llevas hilo,
dámelo para coserme
este corazón herido.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Un día después de la guerra

Un día, después de la guerra
si es que hay un día después de la guerra
te tomeré en mis brazos
y te haré el amor.
Si es que un día después de la guerra
aún tengo brazos,
si es que un día después de la guerra
aún queda amor.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Elegía II

Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Yo me acostumbro a estar sin ti, lo entiendes?
Quiere decir amor, que no amanece;
quiere decir que aprendo a abrir los ojos sin tu beso.
Quiere decir que olvido, amor, que yo te olvido.
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Lejos tu mano corta el pan para otra boca,
lejos suenan tus pasos y como yo se que suenan,
lejos, amor, muy lejos.
Y allí, donde mi angustia esta sin ecos,
tú sonríes, tú eres.
Y no sabes amor con cuanta sangre
con que amarga paciencia,
con cuanta fuerza para ahogar, yo olvido.
yo deshago mi sueño.
Y me acostumbro, amor, y me acostumbro.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Le dernier poème

J'ai rêvé tellement fort de toi,
J'ai tellement marché, tellement parlé
Tellement aimé ton ombre
Qu'il ne me reste plus rien de toi
Il me reste d'être l'ombre parmi les ombres
D'être l'ombre qui viendra et reviendra
Dans ta vie ensoleillée.

Si me quieres, quiéreme entera

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!

Dulce María Loynaz

viernes, 2 de noviembre de 2007

Vuelve a Comenzar

Un poema, una frase, un beso
al comenzar el día es un buen comienzo.
Aunque sientas el cansancio,
aunque el tiempo te abandone,
aunque el correr te lastime,
aunque la traisión te hiera,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque una ilusión se apague,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la gratitud sea paga,
aunque la incomprensión corte la risa,
aunque todo parezca nada
Vuelve a comenzar!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Hombre

He aquí un poema de mi amiga Maritza González. Lo escribió cuando cursaba el 12mo grado, por aquellos días en que solíamos pasarnos las tardes enteras en la cátedra de Español de la escuela leyendo y escribiendo; llenando las libretas que nos daban en la escuela con nuestros poemas preferidos, así como escritos de nuestra propia autoría. Aún conservo una de esas libretas, donde está escrito, con mi letra de entonces, el poema "Hombre" de Mari.
Ella, aunque no lo parecía, era fuerte de carácter, inteligente y creativa. Este poema dice mucho de su personalidad, y cada vez que lo leo, me parece estar oyéndola.
@Maritza: te quiero y te extraño Mari, ojalá podamos volver a vernos algún día.

Hombre
Fuiste el primer ser que Dios creó,
en quien confió para entregarle la llave del paraíso.
Te hizo fuerte, esbelto
y de tu aliento formó a la mujer
como para identificarla inferior a ti.
Pero tanto poderío, tanta fortaleza,
vigor e inteligencia
no te sirvieron de nada.
En realidad eres un débil
a tal punto
que te dejaste convencer por Eva
para comerte la manzana prohibida.
Hombre, 
no presumas más
que aunque lleves tu debilidad escondida,
sé que yo, mujer, 
soy mas fuerte que tú.