martes, 26 de febrero de 2008

Mi fe de vida

... en tardes como esta, en que el llanto acude a nublar la pupila, es cuando el canto cae al alma como al pasto el rocío. Y es la tarde mas inmensa, mas inmensa e infinita sin ti, porque no he de verte, porque no has de estar conmigo.
Y el beso que no te di se me vuelve una inmensa estrella dentro. Inmensas son mis manos y no pueden tocarte.
Si es verdad que estás a mi lado, con tus ojos colmados de aurora, como sufrirás con este dolor mio ciego por la ausencia, con este silencio mío, duro y obstinado, que parece que un beso me cerrara la boca.
Y no me quedo inmovil al borde del camino, ni me quedo sin labios, ni me duermo sin sueños, ni me juzgo sin tiempo. Y no me salvo, ni ahora ni nunca si tú no estas conmigo.
Y plantaré una rosa al borde del camino, por si te pierdes un día, su fragancia esté contigo.
Entonces acariciaré el aire y sonreiré a la sombra, a tu sombra del cansancio enternecido.
No te nombro, y no intento posar mis manos sobre tu inocente cuello, porque de sobra sé que hasta la mas leve caricia podría parecerte cruel. No intentaré susurrarte mi amor ni mis penas. No respiraré si es preciso, pero no me conformo con tu salvaje lejanía, con tu ajena belleza.
Y si he de entregar mi verso, mi verso triste y sincero, que sea a mi caballero con un gran beso.
Y ebrio él de gozo, y de gozo yo ebria, amándolo con un amor que puede alcanzarlo hasta la otra ribera, donde en tardes como esta lo tuve entre mis brazos y lo amé tantas veces...
Y aquí has de estar mi loco, un loco de mirada triste, que solo te sé amar con todo el pecho.
Y mientras sienta que se alegra mi alma, sin que mis labios rían; mientras la ciencia a descubrir no alcance las fuentes de la vida; mientras haya en mi mundo primavera: serás mi poesía.
Y para que tú me oigas mis palabras, voy haciendo de todas un collar infinito y se van tiñendo con tu amor, porque antes que tú poblaron esta soledad que ocupas al fin,
todo lo ucupas tú,
todo lo ocupas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario