viernes, 21 de agosto de 2009

Voy a extrañar tanto este lugar

Voy a extrañar tanto este lugar… que a veces (aunque solo a veces) me vienen a la mente ideas que sugieren que me puedo estar equivocando en esta decisión, pero entonces vuelvo a la cordura y me convenzo a mi misma de que esto es lo mejor. Al fin y al cabo, yo soy así, melancólica, y lo extraño todo siempre, y siempre me cuesta trabajo alejarme de los lugares donde he conocido personas maravillosas con las que he vivido días felices y días tristes.

Voy a extrañar tanto este lugar… esta gente, este sonido, este olor, esta estancia, este sentimiento… estas cosas; que poco a poco se han ido convirtiendo también en mis cosas. A las que he dedicado tanto tiempo y tanto amor y tantos cuidados. Estas cosas que me hacen sentir tan a gusto aquí, que hacen de este, mi espacio. Mis postales con canciones y poemas que leo todos los días; mis noticas amarillas con mis memos; mis carteles; mis papeles; mi silla que tanta comodidad y confort me ha ofrecido; mi computadora con sus cosas y mis cosas, donde tengo todo a mi gusto.

Voy a extrañar tanto este lugar… donde he sido yo y he sido otras, donde he llorado y reído hasta llorar, donde he sentido amor y odio, donde he pasado horas de silencio sintiendo placenteramente el aura de paz que se siente cuando nadie habla. Este lugar que me hace sentir fuerte y débil, dejándome en evidencia.

Voy a extrañar tanto este lugar que durante dos años enteros fue mi oasis, este lugar que ya he aprendido a querer y de cierto modo, hasta necesitar. Pero he de partir y nunca regresar, y nunca es una palabra muy fuerte y un tiempo muy largo. Ya no volveré a ver más esta imagen que veo del techo cuando me recuesto en mi silla, y que hace días que observo y observo cada detalle para que se quede para siempre grabada en mi memoria, como está grabado ya este suave sentimiento de lejanía y tristeza que siento cuando estoy aquí.

martes, 4 de agosto de 2009

Motherland

A Bob Marley
“we know where we’re going
We know where we’re from
We’re leaving Babylon
We’re going to our motherland
We’re looking for Exodus.”
Madre, ese hombre me ha robado la palabra,
Me ha estafado la imagen florida
Que me legaron las ninfas negras del río Congo,
Hizo brotar llanto de mis ojos
Y sangre de mi espalda.
Madre, ese hombre me ha robado una canción,
Silenció el eco de los troncos de Mayombe,
Censuró el oráculo del cuero
Y cruzó mis labios con azufre
Para que solo escaparan de mi boca los lamentos.
Madre, ese hombre es culpable
De haberme robado hasta el nombre.
Tal vez nunca vuelva a ser león
Aquel que ya no canta su canción de cuna,
Que no danza con sus muertos,
Y que no habla ya con sus propias palabras.
Tal vez no, madre,
Porque a golpe de fusta y labor aquí se quebró nuestro linaje.
Me toca (eso sí)
Ser el hombre que lleve el león en su estandarte,
Que cercene odios y erija puertos.
Yo seré cantor de reggae, de zamba, de blues o de rumba.
Crearé tambores nuevos, de nuevos troncos y de nuevas pieles
Y hablaré con otras palabras, pero hablaré,
Haré saber a todos mi dolor cautivo
Y mi temor errante.

Sinopsis

Un hombre aparece sentado en una cama y en el reloj dan las dos de la mañana. El hombre llega con pasajes de la infancia. Nunca comprende por qué está allí, pero así es el cine. Entonces descubre que el tiempo pasa volando y que la soledad, es la oscuridad disfrazada. Por supuesto que el hombre necesita encontrar el amor, como en todas las historias. El amor que es el protagónico en la película, pero ciertos actores y algunos espectadores, lo confunden con el antagónico, por no entender bien el personaje que el director, a su vez actor, tampoco entiende, por eso el filme tiene de suspense.
En mi historia el hombre encuentra el amor, parece extraño, pero el material, tiene ficción.
Entonces como dijo un día el poeta: “la felicidad es una pausa entre dos dolores”. Y para poder dar largo a la película, el personaje pierde lo querido.
Lo que siempre pasa en estos casos, vuelve a preguntarse, ¿en qué me equivoque? Se fuma unos cigarrillos, toma unas cuantas cervezas, cualquier canción le trae de nuevo, escribe poemas, comienza a extrañar. Extraña incluso aquellos días cuando no le importaba nada más que el papalote. Y el caballo de madera…
No les voy a contar el final del filme, porque no lo he visto, dicen que ella regresa o el encuentra el amor de nuevo, no sé, algo así me parece que sucede, porque el final no debe ser triste.

Estatuas I

Yo soy la estatua de un hombre
Que inmortaliza al hombre solo.
Soy el espectro de alguien,
Sin hombre, ni mujer conmigo,
Con la sombra de algún hombre
Que es la sombra de mi mismo.
Estoy andando por las calles, no lo niego,
Creo que soy la Galatea de algún Pigmalión
Solo que la historia esta invertida.
Tóquenme y vean que no soy de piedra.
Quien dijo que una estatua no puede ser de carne?
De cualquier manera ahora estoy solo.
Un hombre solo, será siempre una estatua.

Estatuas II

El más ilustre de los muertos,
El más completo de los difuntos,
Asqueado de tanto cementerio,
De cadáveres que no responden
Ensimismados en su mundo de silencio,
Decidió, por las facultades que le fueron conferidas,
Regresar nuevamente a la vida.

Caminó por barrios repletos de personas,
Entró en los museos donde se exhiben
Copias perfectas del traje que usara el penoso día.
Pidió limosna en la calle que inmortaliza su nombre,
Pero nadie supo reconocerlo, casi nadie lo conocía.
Tomó algunos tragos en un bar hasta hastiarse.
El muero grande, como todos los de su talla,
Termino solo en un parque.
Se trepo en un muro, venció al mareo,
Sin decir palabras, se volvió una estatua.
Ahora lo admiran y respetan,
No faltan las flores en su día, los discursos y poemas en su nombre,
Al hombre que no entendió la vida ni la muerte,
Al más ilustre de los difuntos
Que se volvió una estatua,
Hastiado de tanto cementerio.