martes, 3 de octubre de 2017

La importancia del challenge

24 de Mayo de 2017

Pocas veces me he sentido así de tocada en la vida. La primera fue cuando Javier se fue para Canadá. La segunda cuando Juan me contó lo que cobraba. Y la tercera fue hoy, cuando leí las noticias sobre el equipo UH++ en el mundial de programación (ACM-ICPC).
Cuando lo leí y vi la foto de los tres muchachos y el profe Somoza, experimenté una mezcla de sentimientos encontrados que me dejó con un sabor agri-dulce y casi metálico en la garganta. Sí, la verdad es que me llena de orgullo verlos llegar tan lejos y saber que van representando a mi tan amada y añorada facultad, a mi universidad, a mi país.
Me enorgullece saber que yo estuve en el aula de clases con tan brillante profesor, que pasé horas escuchándolo, tratando de entender lo que explicaba, y hasta tratando de decifrar e imitar su manera de pensar, su MO, para obtener un poco de esa brillantez yo misma.
Y qué decir de esos muchachos... no los conozco en persona pues son más jóvenes que yo y no coincidimos en la facultad, pero siento que de alguna forma especial y profunda los conozco. Me los imagino caminando por los pasillos de la facultad, sentados en el laboratorio, en las mismas sillas de las mismas aulas donde un día me senté yo, tomando de los mismos profes las mismas clases que un día tomé yo... Y me identifico, y los reconozco, me los imagino en el cuerpo de aquellos que en mi año fueron brillantes también, excepcionales. Y me da alegría y me trae nostalgia, y añoranza de un pasado tan hermoso y que a diario me culpo por no haberlo aprovechado aún más.
De sobra sé que yo nunca hubiera podido llegar a donde están ellos ahora, (not in a million years) y eso me da tristeza, una tristeza profunda y desencantada que me hace pensar en mi yo de ahora, en mi hoy...

Hoy estoy enfrascada en un job hunting que me aburre y obstina hasta los huesos. Aquí estoy, preparándome para una entrevista telefónica, buscando las palabras correctas y las frases adecuadas para complacer las demandas del entrevistador, tratando de venderme como profesional de la industria del software y aunque he mejorado considerablemente, a veces creo que no estoy haciendo lo mejor posible en la venta. Qué tarea tan importante para mí y el futuro de mi carrera, y tan mundana a la vez! Es tan deplorante, hoy día le dices a alguien que estás buscando trabajo y tal parece que has confesado un crimen mortal, o que tienes una enfermedad contagiosa y letal, pareciera que tienes "La Peste".

En eso pienso yo ahora, en mi situación y en que en otro lado del mundo (en South Dakota para ser mas específicos) están esos tres muchachos y el profe, compitiendo con los mejores del mundo en el concurso de programación, resolviendo problemas realmente difíciles, llevando sus mentes al máximo de su capacidad, y sabiendo que ya el hecho de estar ahí es motivo de orgullo. A pesar del desencanto me ha logrado llegar un suspiro de inspiración, y más que de inspiración de reto. Me ha despertado ese bichito que nos pica dentro y nos empuja a retarnos a nosotros mismos, a esforzarnos, a mejorar cada día... Porque a veces lo único que necesitamos es un "personal challenge" y caminarle detrás. Seguramente esos brillantes muchachos en algún punto por el camino se sintieron menos, se sintieron que el reto era demasiado, hasta inalcasable quizás. Pero eso no los detuvo. Eso nunca puede detenernos, eso es lo que nos mueve, lo que nos ha traido hasta donde estamos hoy.
...y si llegaramos a sentirnos inmóviles, estancados, solo hay que recoger la meta de nuestros pies y lanzarla hacia delante con todas nuestras fuerzas, y seguirla.

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