Hace poco me hice con este libro de poemas de
Emily Dickinson: "Morí por la belleza", aquí les dejo con uno de mis favoritos. Ella por lo general no nombraba sus poemas, en solitario y aislada del mundo garabateaba sus apuntes y versos en pedazos de papel que guardaba en cajones, los que luego de su muerte fueron encontrados, publicados y considerados verdaderas joyas de la poesía estadounidense. Asi que sin más aquí está.
Morir por ti fuera muy poca cosa,
pudo hacerlo cualquiera de los griegos.
Vivir es más difícil,
y eso es lo que te ofrezco.
Morir no es casi nada, algo pasado,
pero vivir incluye
el morir muchas veces
sin tener el alivio de estar muerto.
Emily Dickinson