miércoles, 28 de noviembre de 2018

On était beau


Sur les trottoirs je pense à toi
Sur les boulevards je pense à toi
Dans la nuit noire je pense à toi
Même s'il est tard
Sous les réverbères je pense à toi
Dans la lumière je pense à toi
Tous les hémisphères je pense à toi
Sous la poussière

On était beau
Pourtant on accélérait sans freins
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien
On était beau
Souvent, quand on souriait pour rien
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien

Je me réveille je pense à toi
Encore sommeille je pense à toi
Trop de soleil je pense à toi
C'est plus pareil
On funambule, je pense à toi
On me bouscule je pense à toi
Si je recule je pense à toi
Je suis ridicule

On était beau
Pourtant on accélérait sans freins
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien
On était beau
Souvent, quand on souriait pour rien
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien

Je suis désolée je pense à toi
Presque obsédée je pense à toi
Dépossédée je pense à toi
Trop fatiguée
Sur toutes les routes je pense à toi
Si je m'écoute je pense à toi
L'ombre d'un doute, je pense à toi
Je me dégoûte
On était beau
Pourtant on accélérait sans freins
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien
On était beau
Souvent, quand on souriait pour rien
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien

Tu sais j'étouffe je pense à toi
Quand je découche je pense à toi
Je perds mon souffle je pense à toi
Au bord du gouffre
Encore un soir je pense à toi
J'ai le cafard je pense à toi
Dans le brouillard je pense à toi
Je peux pas y croire

On était beau
Pourtant on accélérait sans freins
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien
On était beau
Souvent, quand on souriait pour rien
On s'aimait trop
Pour s'aimer bien

lunes, 12 de noviembre de 2018

La fuente de Narciso

En las cercanías de Madrid, la capital de España, y a orillas del río Tajo, hay un hermoso pueblo lleno de naturaleza y hermosos jardines llamado Aranjuez.
En uno de esos jardines, el llamado Jardín del Príncipe, se encuentra La fuente de Narciso.


Esta es la mitológica historia de Narciso, situado en lo alto de la fuente, inclinado sobre el agua contemplando su rostro, justo antes de caer en ella.


Cuenta la mitología que al poderoso Zeus le gustaba divertirse con las ninfas que vivían en el bosque, y que la diosa Era enferma de celos con frecuencia lo seguía por todas partes. Un día Era en busca de Zeus, llegó al bosque y se encontró con la ninfa Eco. A Eco le encantaba hablar, y le gustaba tener siempre la última palabra en toda conversación o discusión, por lo que las suyas se hacían interminables. Eco entretuvo a Era para que las ninfas pudieran escapar, y cuando esta descubrió la trama decidió castigar a Eco con la peor condena posible para la conversadora ninfa, perder el uso de la lengua y como le gustaba tener la última palabra la diosa le dijo que lo único que la ninfa podría decir en lo adelante era la última palabra que escuchara.
Eco se dedicó a la caza por los montes y los bosques, hasta que un día vió a un jóven extremadamente hermoso, llamado Narciso, y se enamoró perdidamente de él. Pero Narciso la rechazó. Fue tanta la vergüenza y la tristeza que sintió Eco, que se recluyó en las cavernas y los picos de las montañas sin querer ver jamás a nadie. Desde entonces cuando hablamos en cavernas o montañas, se oye a Eco que siempre nos responde repitiendo nuestra última palabra.

La frivolidad de Narciso no solo la manifestó rechazando a Eco, también lo hizo a otras ninfas del bosque. Una de ellas, que intentó en vano ganarse su amor, le rogó a Era que hiciera a Narciso experimentar el amor no correspondido, a lo que la diosa accedió condenándolo a enamorarse de la próxima persona que viera, fuera quien fuere. Narciso, que caminaba por el bosque, se inclinó sediento a beber de una cristalina fuente, y al ver su rostro perfecto reflejado en las mansas aguas, sus hermosos cabellos rubios hondulados, el azul profundo de sus ojos, la perfección de sus labios..., quedó perdidamente enamorado de sí mismo. La atracción era tal que Narciso no podía quitar sus ojos de aquella imagen. Se acercó para tratar de besarla, abrazarla, pero cayó al agua y murió. Las ninfas nunca encontraron su cuerpo. En su lugar surgió una hermosa flor de color blanco que conserva su recuerdo y lleva el nombre de Narciso.