viernes, 31 de agosto de 2018

Quédate

Ah, Spotify! Qué maravilla! Hoy me puse a escuchar música cubana, algunas de mis viejas canciones del "Nostalgia playlist" y entre una cosa y la otra me trajo a esa canción de Moneda Dura que escuché por primera vez en esta versión con Decemer Bueno y me pareció genial que el grupo siguiera produciendo su estilo.
Aquí les dejo la letra, espero les guste.
Happy Friday!!!


Quédate

Hoy desperté pensando en nuestro futuro,
Como de pronto se rompen los muros,
Como crecimos repitiendo mentiras,
Como aprendimos a odiar sin medidas,
Y yo te entiendo cuando sientes la vida se burla de ti
Y ya no encuentras la salida,
Y yo me miro en ti cuando de pronto
Te das cuenta que nos hicieron tontos
Cuando llegaste a mí ya yo te conocía
Eras la claridad del Sol rajando el mediodía
Eras la voz que en mis sueños me hablaba
Eras la verdad que en otros cuerpos buscaba
Y yo no tuve mas remedio que quererte
Contigo me hago bueno y me hago fuerte

Una mirada tuya borra la tristeza
Si tú sonríes, si tú me besas

Sienteme que estoy haciendo una trinchera
Para tu libertad, tu primavera,
Sienteme que estoy en la primera fila
Y que mi corazón de lejos te vigila
Cuando te canses de vivir en el pasado
Cuando tus sueños te griten trasnochados
Cuando el hambre te cante a cuatro voces
Cuando te aburras de adorar falsos dioses...

Quédate cuando la luz te espante
Cuando el cielo que mires no te alcance
Quédate y borra tu memoria
Para ser inmortales sin historia
Quédate si el mundo entero miente
Si no estás sola pero nadie entiende lo que sientes
Porque el tiempo nunca vuelve atrás
Y tal vez luego te arrepientes
Quédate y déjame robarte
Quiero perderme en ti quiero tocarte,
Para quemar las naves en tu nombre
Para llorar como lloran los hombres
Para besar tu juventud desnuda
Para que seas feliz llena de dudas
Quédate, quédate conmigo.

Despiertate que al mundo le hacen falta flores
Olvídate de lo que te demore
Dedícale más tiempo al aquí y al ahora
Sé menos lo que odias
Más lo que te enamora

Y déjame besar la rosa de tu ombligo
Que esta vida que tengo
Es pa' vivirla contigo
Quiero volverme un sabio en tu cintura
Quiero hacerte la Reina de toda mi locura

Sienteme que estoy haciendo una trinchera
Para tu libertad tu primavera
Sienteme que estoy en la primera fila
Y que mi corazón de lejos te vigila
Cuando te canses de vivir en el pasado
Cuando tus sueños te griten trasnochados
Cuando el hambre te cante a cuatro voces
Cuando te aburras de adorar falsos dioses...

Quédate cuando la luz te espante
Cuando el cielo que mires no te alcance
Quédate y borra tu memoria
Para ser inmortales sin historia
Quédate si el mundo entero miente
Si no estás sola pero nadie entiende lo que sientes
Porque el tiempo nunca vuelve atrás
Y tal vez luego te arrepientes
Quédate y dejame robarte
Quiero perderme en ti quiero tocarte
Para quemar las naves en tu nombre
Para llorar como lloran los hombres
Para besar tu juventud desnuda
Para que seas feliz llena de dudas
Quédate, quédate conmigo
Quédate


Nassiry Lugo

jueves, 30 de agosto de 2018

Un Adiós para Carilda

Ayer mismo me llegó la noticia de la muerte de Carilda. Me devino una tristeza profunda, y unas ganas aun más profundas de releer sus versos y darle gracias por ellos. Me puse a rebuscar entre mis libros un poema para publicar aquí en el blog a modo de homenaje. Pero con cada uno me pasaba lo mismo, lo abría, leía un poema, y otro, y luego otro, y no podía dejar de leer... Cada uno de sus poemas es una joya. Después de varias horas de lectura enternecida, no tenía nada.
Me fui a la cama un poco triste y desilusionada, y hoy por la mañana me vino de golpe, el poema ideal. No está en los poemarios que poseo, pero lo leí por ahí hace algunos años, ella lo escribió cuando falleció su abuela materna y creo que es el perfecto para la ocasión.
Aquí les va, espero les guste.

                 Elegía por Mercedes

                Se llamaba Mercedes, Y era buena.
                Dicen que todo el mundo la quería.
                Con su sonrisa ajena
                una estatua de niebla parecía.
                Se llamaba Mercedes. Y no existe
                sin su sol capullo de alegría.
                Señor, claro es triste
                este tanto quererla todavía....
                Pero nunca sabré dejarla sola:
                aquí bajo la luz sigo con ella,
                me saluda la piel en cada ola
                y se asoma a mirarme en toda estrella...
                Hasta el llanto que baja a mis rodillas
                es casi necesario...
                Tú sabes: he crecido en sus rodillas,
                y tambien me enseño el abecedario...
                Lo que duele quizá en esta aurora,
                lo que sangra mi voz, lo que me aterra,
                es esto de sentir que a cada hora
                se está volviendo un poco más de tierra.
                La recuerdo dormida en su sillón
                el último verano;
                todavía tenía corazón
                a veces suspiraba con la mano...
                Su mirada venía desde el mar,
                y no sé, a cada rato,
                miraba como mira el azahar:
                con un poco de miedo y recato...
                Se llamaba Mercedes, Y era pura
                como el blanco cansado de su pelo.
                Andará por Allá con su dulzura,
                saliéndose del cielo...
                Aquí está su reloj, está su armario,
                su vestido de lana para el frío;
                aquí sobra un dedal, sobra un rosario.
                Señor, el tercer cuarto está vacío.

Carilda Oliver Labra, 1945



viernes, 10 de agosto de 2018

El sonido de las sirenas

18 de Mayo de 2018

A raíz de la caída del avión de Cubana de Aviación, me encontré en un mar de nervios, pensando lo peor y me encontré también con esto que escribí hace unos años cuando estaba recién emigrada, y sentí resurgir ese sentimiento, ese miedo perenne que tenemos de perder a un ser querido.
Mis sentimientos acompañan a todos los que perdieron a alguien en este terrible accidente.

El sonido de las sirenas de los carros de bomberos o de las ambulancias siempre me ha asustado, me sobresalto cada vez que lo escucho porque entiendo que algo malo ha pasado, que ha ocurrido un accidente terrible y que en ese momento hay alguien en peligro, alguien puede estar entre la vida y la muerte.
Antes, cuando estaba en Cuba, me asustaba mucho y además de sentir pena por los accidentados, sentía el gran temor de que fuera alguien de mi familia, algún amigo o conocido mío, entonces miraba al cielo azul y le pedía a Dios egoístamente que fuera un extraño, un desconocido, que no fuera nadie cercano a mis sentimientos, que pudiera afectar mi estado de ánimo; aunque reconozco que ese sonido siempre me afectaba y me atormentaba de alguna manera, pues siempre que lo oigo siento pena, lástima y agradezco al cielo de no ser yo, de que no sean mi familia o amigos los que corren peligro.
Ahora vivo a media cuadra de una estación de bomberos de Toronto y oigo las sirenas más de 10 veces al día todos los días, y cada vez, cada una de las veces que las oigo pienso en mi tierra, pienso en el miedo que sentía cuando las oía allá y recuerdo el pasado. Ahora no siento tanto ese miedo, pues no tengo a nadie cercano aquí, solo temo por Osky, pero yo sé que el estará bien y que Dios nunca va a permitir que se aparte de mí nunca jamás, aunque sí la pena persiste por ese desconocido.
Ahora no temo que ese sonido pueda significar el anuncio del peligro o de una desgracia familiar, ahora solo pienso que si en verdad ocurriera, (Dios no lo quiera) no voy a enterarme, no lo voy a saber a tiempo, no lo voy a sentir, ahora este sonido de sirenas no puede avisarme, no dispara la alerta de mis sentidos, y solo pienso que la sirena maldita estará sonando en otro hemisferio lejos del alcance de mi oído, lejos, muy lejos de mí y no voy a poder percibirlo. No quisiera por nada del mundo que algo malo pasara, pero menos aun quisiera estar disfrutando, o riendo, o comiendo, o en el cine, o siendo feliz cuando la desgracia cae sobre un ser querido al otro lado del mundo.
11 de mayo de 2012, 10:35 am.