jueves, 30 de julio de 2009

Nuevo Ulises

No me esperes despierta mujer.
Puede que este viaje dure siglos,
días, horas, quizá unos minutos
que serán toda una vida.
No prepares la mesa para dos,
ni coloques mi almohada en la cama.
Llena mi espacio como puedas
cuando acopies fuerzas.
No padezcas, duerme bien,
no tendré que enfrentarme
a ciclopes ni a cantos de sirena.
Solo he inventado mi Troya,
mi propia Troya, mi otra vida.
No tejas tapiz alguno,
deja secar nuestro árbol,
no llores en las playas,
vive feliz en Ítaca.
Puede que este viaje dure siglos.
No me esperes despierta mujer,
esta vez, no me esperes.

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