Tú tienes la roca dura que se afinca.
Yo tengo una selva sin sol y sin luna.
Tú tienes un hacha afilada.
Yo tengo el oro y el hierro,
tengo el secreto de la noche,
y tengo la fé y la verdad:
lo tengo todo.
Tú tienes la mirada de tus ojos...
Dulce María Loynaz
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