miércoles, 2 de diciembre de 2020

Nina

Un día como hoy, 2 de diciembre, pero hace ya muchas primaveras y muchos inviernos... nació mi abuela. Claro que no nació siendo mi abuela, ella también fue una linda bebita de cachetes rosaditos y manitas pequeñas de bebé.

Abuela querida, donde quiera que estés te mando un beso, y un abrazo grande y fuerte... Te queremos mucho aunque ya no te vemos, y te extrañamos inmensamente.
Todavía no han construido la máquina del tiempo, pero en cuanto pueda poner un pie dentro de una, a donde primero iré, es a verte. Voy a regresar a cualquiera de esos días en que caminaba de Los Pinos hasta tu casita del Capri, y desde que entraba por la puerta de la calle ya se respiraba ese aire de paz, tranquilidad y amor que siempre reinaba en tu casa y alrededor tuyo.

Sin ella saberlo, hacía cumplir, lo que alguna vez dijo la Madre Teresa de Calcuta: "que nadie se acerque a ti, sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz", esa era mi abuela. Al menos conmigo siempre fue así. Siento mucho no habérselo dicho a cada instante, pero así me sentía cuando ella estaba. Así era para mí ir a su casa, era encontrar paz, era sentirme completa, bien, verdadera... 
Ahora eso me falta, será que a medida que vamos creciendo y volviéndonos adultos nos vamos descompletando.

1 comentario:

  1. La nina como siempre dispuesta atender a todos que la iban a visitarla ,yo la admiraba mucho y en verdad en su casa encontrabas paz

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