lunes, 25 de mayo de 2015

A quien le dieron nombre de manzana

Hoy estaba releyendo este magnífico poema de Carilda Oliver Labra pues lo quise incluir en mi novela y así lo hice. Alerto, siempre me saca las lágrimas. Espero les guste como a mí y lo disfruten, forma parte de su libro de poemas: "Los huesos alumbrados" y está dedicado a José Antonio Echeverría.

Sangre que está moviendo todavía
su cortada paloma
por nuestro cielo como un signo.
Sangre con la centella,
con todos los silencios
que asume la muerte cuando es bárbara
y no mata.
Sangre en este pan que nos comemos.

¿Dónde te pongo así para que crezcas,
sobrio clavel;
dónde te siembro
para que vuelvas a nacer como fortuna
de la patria?
Aún tienes esa fuerza,
ese bendito rayo,
ese perfume de los hombres;
ese tu amor, tu amor, que no se acaba.

¿Dónde te entierro,
dime,
dónde fundo
tu corazón para que dure?

¿Dónde te pongo así
para que vuelvas otra vez como verano,
como raíz
que no se pudre,
alta,
rebelde,
fiel,
multiplicada?

¿Dónde te pongo ángel,
fiera,
a quien le dieron nombre de manzana,
y ya gobierna más que el paraíso
entre estudiantes y proclamas?

Serás el viento que arrulla entre las hierbas
y rebeliones arma,
serás esa presencia de la aurora
cuando la noche parece más sórdida y más larga,
serás ese misterio de la vida
saliendo en la palabra;
serás el cáliz,
la multitud que ejerce la justicia,
ese muchacho
enternecido, augusto,
que la muerte ha mandado a su pizarra.

Te conocí la entrega
a una misión de luces
misteriosa;
te conocí el oficio de eternidad
debajo de los párpados,
la sombra donde te germinaban sueños y tareas.
En esa boca no hubo despedida
sino arena,
esos ojos no se cerraron nunca
sino que miran para adentro
donde estás preparando barricadas.

Vuelves
armado de tu lápiz,
haces tu posta en los amaneceres
subiendo como un sol La Escalinata:
¡que no te asesinaron nunca,
que no pueden contigo los cobardes,
que no te han hecho nada!
porque nadie ha sabido detener el alba;
y regresas cantando
de nuevo hacia la lucha,
y animas los fusiles en la Sierra,
poderoso,
absoluto,
vivo ya para siempre,
en una carcajada de combate
que se deshace en balas.

Marzo 13, 1958. Primer aniversario de la muerte de José Antonio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario